La colección invita a introducirnos en un mundo de fábula. El lenguaje universal de la música es el hilo conductor. La ropa se transforma como las notas en acordes y los acordes en estrofas para narrarnos los mitos más ancestrales y los cuentos de toda la vida, evocando sueños retenidos en el tejido de nuestra memoria colectiva.
“No basta con oír la música, además hay que verla”. Igor Stravinsky.
Los colores otoñales comienzan este viaje acercándose sigilosamente por el camino nevado de los sueños invernales para acabar todos abrazados, como las voces de los instrumentos de una orquesta, en el blanco más puro.
En esta aventura ultrasónica Visa irá acompañada por el flautista de Hamelin, músicos de Bremen y otros enfants terribles, que nos tararearán al oído todo su imaginario, mostrándonos su craft más alternativo con la técnica artesanal del patchchwork más contemporáneo, su estilo inconfundible iconoclasta y naif, como una caperucita emancipada del miedo a las fieras.
La música en vivo no podría faltar en un desfile tan sinfónico, vibraremos con las melodías mestizas de Los Ratolines, ganadores recientes del Proyecto Demo del Festival Internacional de Benicàssim. Su música con aires de western pop, es una estimulante mezcla de folk y banda sonora imaginaria con una calidad instrumental y una riqueza de matices inusual en el panorama indie nacional.
Allegro ma non troppo las ideas de Visa Knowing se fusionan con todos estos sonidos, las armonías textiles escritas en partituras de seda, lana, algodón, denim, y tejidos que cantan otra vez canciones y formas olvidadas, al compás de melodías que sonríen como el almendro en flor que anuncia la primavera.
